Pies con arena bivalva
de un niño alegre
que corre hacia el mar
Rubén lo ve
es su padre
desde la costa lo cuida
y lo deja ser
ahí
entre las primeras olas
el niño vuelve y ofrece a su padre aguas vivas enormes sin filamento rosa desprendido de la gelatina oceánica
las toma desde abajo
no hay ataque en la palma del niño
no pica la medusa en Necochea
mientras el viento
sopla tirando sombrillas de turistas que disfrutan de helados sin parar
una cucharada al niño por parte de su madre
luego el padre lo toma de la mano
pies con arena bivalva en ambos
cuatro pies
que caminan hacia el mar
el niño nada
Rubén le enseña a dejarse llevar por las olas con estilo tiburón bueno
sal como recuerdo
,chapoteo
esperar otra ola
cuarenta años después
pies enormes con arena bivalva
aquel niño lleva un torpedo
su padre va detrás y avanza agarrado del elemento naranja
pasan la última rompiente
ambos viven
flotan