domingo, 14 de diciembre de 2014

Pendientes

Cuando los vi no podía creer que estuviesen ahí sentados esperándome como dos lobos hambrientos aguardando a su presa. Me quede congelado, paralizado intentando que no me vieran, pero fue tarde, empezaron a reírse de mi se burlaron invitándome a su banquete venenoso  lleno de sinsabores y asuntos pendientes.
La oferta era tentadora pero un poco cruel para afrontar a altas horas de la madrugada, así que hice fuerza y desvié la mirada, intente ignorarlos, juro que lo intente pero escuchaba detrás de mis hombros como cuchicheaban era un susurro estremecedor, aun así  seguí ignorándolos hasta que ya no pude. Me doble como un duro hierro en las manos del herrero me deje llevar, me enredaron con sus palabras me atraparon como la diminuta araña que acaba de atrapar a un gran cascarudo, me envolvieron y ya no pude huir.
El plato principal del banquete fui yo que sin poder moverme me inyectaron toda su crueldad y entre en un terrible insomnio del que no pude salir durmiendo y así de a poco disfrutando cada momento gozando cada bocado que arrancaban de mi mediante mi mente  se comieron el resto de mi cuerpo.

Ya estaba entregado ¿Qué podía hacer? ¡Nada! me llevaron en un nostálgico paseo por el pasado mostrándome en forma de tortuosas imágenes lo solo que me había quedado, y lo peor es que tenían razón “la verdad para el que quiere ignorarla es una cruel cachetada”. Pendientes, asuntos pendientes que se pasean en mi cabeza recordándome lo que fuimos, lo gigantes que éramos. Pero las cosas hoy son distintas, la soledad y un par de pendientes que olvidaste casi a propósito en mi meza de luz retienen mi paz y no me dejan dormir.

Autor: "El Vieja"