Diariamente, entre diarios, charlas y radios. Junto a don Bertold tratamos de cocinar a fuego justo, los mensajes del vapor, para que una vez sólidos, estos puedan ser incorporados a nuestro anhelado y posiblemente sabroso plato principal: La comunicación.
Todavía, hay hambre…
Tardaremos años… las hornallas refulgen en sus discursos con gas; mientras, don Bertold, masticando migajas y con la panza vacía, acerca a nosotros una rispída sentencia: “Cuando la verdad sea demasiado débil para defenderse tendrá que pasar al ataque”
Nos deja pensando… se va. Lo hace diariamente.
Se que vendrán más días, don Bertold sabe de este lugar, volverá.
Estoy viviendo hace demasiado tiempo en un estado famelico continuo. Es como hablarle secretamente al techo de mi cuarto, con una mirada, fija, lejana, pero en absoluto silencio, como si mis palabras se ahogaran en mi boca antes de que alguien las escuche. Como si el me contestara. Y no son mas que mis propios pensamientos los que se funden una y otra vez en algo que ni siquiera puedo catalogar. Deje hace mucho tiempo de ser ese personaje alegre de historietas, y me converti mas en lo que hay detras de toda esa alegria forzada, cual payaso de circo o mascaras de teatro, mostrando durante demasiado tiempo ese rostro que la gente va a ver a los espectaculos, sin quedarse a ver el final y como sigue esa obra que ya no es obra. Y lo que queda es el horror. El horror de sentirse anormal, el horror de tener que elegir entre fingir y la soledad. Mi alma, mi voz callada, pide a gritos salir de mi garganta que solo emite sonidos guturales cuando el silencio todo lo cubre. Y a veces, cuando las palabras logran salir de uno, no hay nadie para sostenerlas y que no se desintegren cual grano de arena perdido entre los dedos.
ResponderEliminarY hoy, otra vez, no tengo ganas ni fuerzas como para seguir sonriendo. Son las 6:20 de la mañana y no hay nadie a quien le pueda hablar de mi soledad, de mi misma, de que lo quiero TODO, y que aun asi, ese todo tampoco llega a ser suficiente, que me llevan a buscar un poco de tranquilidad en un coctel de pastillas, una taza de chocolatada caliente y una depresiva pasada por el unico lugar donde siento que puedo escribir lo que guardo sin ser juzgada, porque, al menos conociendo solo a una cuarta parte de la formacion de este espacio, esa cuarta parte me da la tranquilidad y la confianza de tener el desconocimiento necesario para confiar en un simple espacio en blanco.
Como dice una gran actriz en mi pelicula preferida, Las Horas, algo asi como "Me han robado mi vida. Vivo una vida que no deseo vivir. Como sucedio esto? Estoy muriendo en este lugar. Si estuviera pensando claramente, Leonard, te diria que yo lucho, sola, en la oscuridad, en la profunda oscuridad, y yo sola, solo yo, puedo conocer mi propio estado. Tu vives con la amenaza de mi propia extincion. Leonard, yo tambien vivo con ella. Este es mi derecho, como ser humano, es algo que define su humanidad. Desearia ser feliz en esta quietud. Pero si es una eleccion entre esto y la muerte, elijo la muerte antes que seguir en esta quietud donde la monotonia de los dias se hacen cada vez mas pesados y las esperanzas de que las cosas cambien para mi se ven cada vez mas lejanas".
"Leonard, always the years between us, always the years, always...the love... always... THE HOURS".
Grisu.
(Gracias por dejarme robarte este espacio por un segundo para no morir otra vez por dentro en un intento nefasto de sobrevivir a otro dia mas asi).
GRACIAS A VOS!
ResponderEliminarSALUDOS, MUY BUENO EL ESCRITO.
EL ESPACIO EN BLANCO LLAMA, EL ESPACIO EN BLANCO ES BUENO.
GRACIAS
Vive la vida. El resto son teorias, que van fluctuando en un tiempo; en un tiempo conmesurable de teorias sobre el tiempo.
ResponderEliminarVive!
Un beso grande!
Espero alguna narracíon suya, en este espacio.