“Buenas tardes, mi nombre es tino, expondré el siguiente estudio por mi realizado sobre el saludo. Sucede que, provisoriamente, desde lo interino, en la ciudad de Rufino; el santafecino don Rino se anuncia de tal manera “¡Hola!” Muy corto, poco magnético, el anuncio de don Rino, tan solo por efímero lugar ladino. Este será el marco desde el cual abordaremos la noción de lo que conocemos como saludo”
Me dejo anodino, débil, la exposición de tino ¿Qué nos quiere decir tino con esto? Lo único que haré será grabar su conferencia a fin de interpretar lo que nos quiere decir a través de Rino y , de sus maneras para anunciarse ante el mundo. Lo escuchamos, lo leemos:
“Don rino podría habernos saludado así: ¿Que tal, buenas tardes, como están? Don Rino dijo solamente “Hola” “de esta cita podemos inferir, en un principio, de que la i (Por ser letra i latina) Hace de su forma algo anodino, fino. Es estrecha, tiene un espacio cerrado en su dimensión sonora, como lo son en diversas formas de percepción subjetiva las nociones de lo provisorio, lo interino y los momentos efímeros. Todos estos momentos pueden transpolarse a los sonidos estrepitosos, rutinarios i poco contundentes como los mugidos de una silla que, con cuero de vaca adornando sus maderas, es trasladada , apoyándose en el suelo; junto a la fuerza que le propulsa un ser tirifilo, el cual tiene la mera intención de producir chillidos con intenciones infinitas de una larga y delgada ”IIIIII” El desprendimiento sonoro que se libera de una silla arrastrada en un pasillo con un suelo de cerámica porosa, propugna junto a su iii chillona que nosotros veamos, estando ahí, un minúsculo horizonte pendiendo de pinos rojizos”
Bueno lo que nos quiso decir tino aquí es que la i, es una letra y, que este, tino, por estar metido en un pozo de esperanza distopica, ve en la i un mundo sin evolución en las artes , en el entendimiento de la épocas y en las diferentes culturas que transitan la mismas. Lo afirmo por lo de “Minúsculo horizonte pendiendo de pinos rojizos”
Y prosiguió, con más énfasis, tino:
“Aparte de ser estrecha la i latina, es fría. Según un estudio realizado por el consejo superior de investigaciones científicas (CSIC) en su afán por conseguir la traducción de las iieees a las ciencias duras e irrefutables, llegaron a la conclusión de que si la persona, en su hacer cotidiano, pronuncia la i mas de 32 veces, su cuerpo bajará a un gran abismo cenagoso de -36 grados centígrados, en donde lo único que podrá recuperarlo será: Chocolate, vodka, café o te. Estas vituallas mencionadas anteriormente no tienen i latina”
Acá se nota que Don tino hace lobby para determinado mercado importador, tratando de subyugar a un nacionalista acérrimo como don Rino, al consumo de manufacturas gringas.
Pero lo extravagante de esta conferencia dada desde un marco poco soluble es que don Rino, según tino, fue y será interino por su interés mortecino de no llevar consigo un saludo más agradable, más extenso o versátil. Siguió don tino disertando:
“Recuerden que hasta que esta persona no encuentre para con los demás, maneras en la acción de saludar, será por siempre un objeto de estudio por su saludo particular. Como lo dijeron algunos estudiosos y acomodados practicantes del saludo universal. La i no tiene aire, no exhala; tiene contracción y es, aparte, la única vocal que por su imagen acústica escinde la sinapsis por representarse en forma fino cuchillo. La i latina no tiene significado, no se puede interpretar. Cuando intentamos interpretarla o acercarnos a ella, salimos corriendo al conocer su insoportable mundo. Lo mismo pasa con don Rino , un objeto que dice “Hola” ante cualquier situación. Sabemos bien que hay situaciones que merecen ser saludadas de otra manera. Por eso lo estudiamos. Estudiamos objetos inertes que no sujetan su vida en algo imprescindible, los vínculos. El saludo vincula”
¿Las jarras se saludan, se quieren y se precipitan al amor?
Eso se pregunta don tino, creo.
E incansablemente expreso, profiriendo, ante los escasos presentes, su extraña teoría sobre el saludo, un único saludo.
“Rino esta sometido a la existencia de la i en su nombre , antecedida por una R sufre y sufrirá lo que yo llamo -Reemplazo del nombre por el “yo” y el “ellos” en el mundo- El fragor del fonema “R” Hizo que don Rino , de chico ,soportara que le llamasen la atención diariamente “Rino Cuaresma, deje de hacer preguntas impertinentes” Decían sus maestros del primario, cuando don Rino, de chico, siendo ingenuo trataba de sumergirse en los espacios escritos por los significantes y significados de cada vocal, fuesen estas ,abiertas o cerradas. Fue tanta la censura, los retos que el recibió que su ontología del ¿Por qué la e –vocal abierta- significa lugar grande? Que poco a poco, apocado por la rigurosidad de sus maestros fue relegando sus ideas, aprehendiendo lo básico, lo pueril para el contacto cara a cara. Aprendió hace treinta años a decir, nada más y nada menos que “Hola” Ningún vocablo mas sucede este saludo. Hasta yo estoy absorto, patitieso y masticando ayeres al creer y seguir creyendo que don Rino, en algún momento podrá liberarse del muro sonoro de su nombre; un muro igual a una i parada en un peñasco, con una diminuta silueta a nada; una i siendo socorrida por tontas preguntas, una i que soporta el punto y la carga de ser i, una i que esta en don Rino, que lo presenta como sujeto, una i que lo sujeta…pobre Rino, pobre objeto. Estará siempre sometido a su nombre, al sonido de un llamado “¡Don Rino!” Tal vez si esta persona se hubiese llamado Omar, no habría hoy de sufrir problemas para el saludo. El origen de su corto “Hola” radica en su nombre, ni más ni menos, su nombre no representa nada”
Al final la exposición de Tino y su rara estructura metodológica para explicar una única manera de saludar, puede, a veces, dominar cualquier sentido; al sentido placentero del saludo. Creo que tino es el objeto de estudio de su propia teoría, siempre dijo “Buenas tardes”. No hay estructuras para el saludo, en fin, no hay maneras de explicar metodológicamente el saludo, porque cada saludo tiene un brazo, una carcajada y un olor distinto.
Me retiro, cumplí con mi trabajo en ofrecerles algo extraño e irrelevante. Algo insostenible.
“Hasta luego. Saludos, frutales, con tonos glaciales”
Bueno, tal mal no suena, que se yo…
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arbolengo