martes, 26 de octubre de 2010

LA PARTE SÓLIDA DEL MARCO


La figura evanescente ante el haz de luz de un sol geométrico, disipo el amor que le tuve

La recogí por la noche, me pegue a ella, la seduje y me quedé.

Con mi fino temple de aura gris invisible, la respire sintiendo su cuerpo, su vidrio.

Dejaron huellas y jugaron a ensuciarla oleosas manos infantiles.

La marcaron.

Al día siguiente borraron los dígitos inescrupulosos. Continuaron jugando, pintando grises.

Volví a incorporar mi vista, mire hacia arriba, el diáfano rayo eclipsaba los pasos de mi hacer diario.

Vigilaba la temperatura en el pronostico oficial, estaba ávido de frió.

Contiguamente, después del pip radial, los comentarios del presentador connotaban bufandas y abrigadas camperas.

Permanecí inmóvil para irme junto a ella, la seduje nuevamente entre calidos movimientos con mis pulcros dedos, la pinte de mis formas

Hoy veo a través de ella

2 comentarios:

  1. Por el tiempo que te tuve en mi mente, ese tiempo durante el cual fusione mis deseos y fantasías con mi propia y única visión de tu inescrupulosa persona desconocida, crei, sentí, con el deseo, ver a traves de tus ojos. Estremeciendo cada celula de mi ser, te me escurrías entre los dedos como arena en el viento, y abrazaba esa mirada llena de soledad en un mundo insuficiente y desolado para un algo tan etéreo. Esa mezcla de agua y aceite, ese sonido gutural y melancolico que se escapa de tus labios mientras duerme en mis recuerdos. Y se me desgarraba el pecho al respirar tu aroma a martir. Y fuiste solo y nada menos que eso. El sueño de una tarde demasiado tarde que se transformó en eternidad en los recovecos de mi memoria.

    No puedo menos que sonreir a la vida cuando me muestra su columna vertebral al saberte conmigo aún siendo extraños, aún si no vuelvo a hacer sinapsis entre tu imagen y una realidad obsoleta frente a mis narices.

    Gracias Leo. (Supongo entenderás)

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  2. Se entiende.

    Grisu. Gracias por pasar

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arbolengo