A veces me siento un poco
desbordado, un poco border. Algo ronda, necesito alguien que sepa bordar mi
cabeza. Necesito ir a jugar con una sonrisa hacia un nuevo hilo de donde
pender; no quiero agujas, quiero aprehender el conocimiento de bordar lo
bordeable.
Hay días en lo que me
siento pincho, me siento aguja plateada de nosocomio de lata; porque nadie
borda a la aguja, nadie somete su aguja a su propio pinchazo; ni siquiera el camoatí
con su aguijón, volando, sobre el pasto. Ese camoatí teme a la bordeadora que
modifica la selva de su libertad.
A veces el camoatí es
border, por que ve la bordeaora tirando el pasto, esculpiendo el jardín de
plata.
A veces se siente, se
promete, se conjura, se ama, se analiza, se fecunda, se abraza, se golpea, se
rajan los ovarios de la tentación cristiana, se resuelven acordes, se resuelven bordes, bordeando… con la
bordudez de algún border.
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arbolengo