jueves, 28 de febrero de 2013

BORBERONBÉ


A veces me siento un poco desbordado, un poco border. Algo ronda, necesito alguien que sepa bordar mi cabeza. Necesito ir a jugar con una sonrisa hacia un nuevo hilo de donde pender; no quiero agujas, quiero aprehender el conocimiento de bordar lo bordeable.
Hay días en lo que me siento pincho, me siento aguja plateada de nosocomio de lata; porque nadie borda a la aguja, nadie somete su aguja a su propio pinchazo; ni siquiera el camoatí con su aguijón, volando, sobre el pasto. Ese camoatí teme a la bordeadora que modifica la selva de su libertad.
A veces el camoatí es border, por que ve la bordeaora tirando el pasto, esculpiendo el jardín de plata.
A veces se siente, se promete, se conjura, se ama, se analiza, se fecunda, se abraza, se golpea, se rajan los ovarios de la tentación cristiana, se resuelven acordes,  se resuelven bordes, bordeando… con la bordudez de algún border.

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