Renuentes dichos
Abrigados por la
lengua
Limpios, sin alzar
Cubren salivas
Luchan
Y con estridentes
lapsos retóricos
Dan mimos al aire de
un fonema que se expulsa en ecos
Relojean pasados
Presentes, agujas,
pinchazos
El verbo espera sentado,
Lucha con un tropo
que enferma sus labios,
Olvida su nombre,
Ante un giro devuelto,
Por el cielo de cara
al infinito
Pujan, rearman, y
enumeran
Estrofas sin letras
Versos, tercos,
lerdos…
Fluctúan ante un
–todo- para hacerse en mensajes
Cuando el retorno circular
de lo antes enunciado
Los devuelve
A sus lugares
El vino ha fluido por gargantas, fonemas, en el aire líquido de la expulsión; y entre poluciones densas de vasos casi vacíos, el aire cobra volumen, pretende tonos con atmósferas color bordó, sobre corsarios viejos, deformados, navegando por el ruin caudal de un viejo rio, con costas, a la orilla de un pensado futuro.
ResponderEliminarY tratan de pescar con anzuelos solemnes, en la profundidad de los tabúes, los orígenes de la ontología.
Por arriba todo sucede, sigue el curso de los días.Se reinventan desde abajo, y se pegan, con inmanencias, subiendo, a seres…Que caminan la idea de caminar.
Nada que agradecer... no lo escribí yo eso... lo escribió un gran escritor que conocí hace algunos años.
ResponderEliminarBello...Poesía. Mamadera, no se que decir, no puedo criticar ni acotar nada. Es bellamente perfecto. Calco me pareció una danza suave y circular al leerlo. Una danza sensual antro-moderna de labios, con luces de sonidos brutalmente marcados en la suavidad.
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