sábado, 22 de mayo de 2021

Snake



Era de tarde, hacía calor. Enero candente. Nada tenía que hacer y decidí agarrar mi bici y los elementos de pesca. Fue así que emprendí el viaje hacia el espejo de agua que me expulsaría, pensaba, de lo ordinario. Anduve 14 km por caminos de tierra que arremolinaban su propia sequía gracias a la fuerza del viento norte. Arena pampeana y errante en mis lagrimales. Llegué al lugar, veía la laguna desde la calle. Su nombre, "La Brava". Salté el alambrado y luego pasé la bici. Arribé a la costa limpia y sin totora. Huncos a los costados. Las taruchas saltaban. Era el lugar excelente para hacerlo. Y lo hice: tiré la bici al agua y me volví caminando junto a mis elementos de pesca.

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