La bruma abruma lo brusco, lo encantado…
“¡Momento!” Una voz en esa bruma
Embruma el diáfano eclipse solar
Sus ojos ven su ignominia, su peste
“¿Como?” Un niño pregunta su olvido
Un callejón abrupto, ve su bajar
Se lleva, los lleva. La bruma se ofusca
Se hacen anaqueles de antaño
Vituperan al Sr. psicotrópico. La bruma
Abrumada la bruma sigue, se explaya
Todos corren. Una pared la divisa
Se cae, sale un tren de un ladrillo negro
La bruma persigue al tren
El tren corre exacerbado; ruge su fin en barreras
El momento aquel dejo de serlo
Ya paso el tren
Se exacerbaron “¿Quiénes?”
Otra voz “¡Polisemia!”
A través de mil lenguas, viaja
Vuelve. Persigue un cantar pirineo
Entra a una casa
Bibliotecas, ve
Se detiene, etérea, pero visible
Abre el libro de los sermones pueriles
La seduce un soneto, su canto... el autor
Se enamora…
La bruma pierde su existencia
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arbolengo