Por Nacho Ibarra :
Quedaron atrás los ruidos calmos, pacíficos, tenues, quedo atrás el pueblo. Cuantas veces me vio esa plaza tropezar y esconderme, la alfombra verde interminable, las hojas de los árboles, el viento cantando todo el tiempo todo tipo de canciones, a toda hora. Quedo atrás la caricia maternal del buen día y las mañanas frías de pedales, de gomas desinfladas. Y pensar que desde un principio la idea era renunciar a todo esto, ahora gira sobre su eje y se convierte en un anhelo. Desde el balcón de este edificio miro y veo, arriba, el cielo mas cerca que nunca, pero si observo la perspectiva antónima no veo mas que gente corriendo, como una manada de animales de traje y corbata, peleando por una baldosa, por un pedazo de sol, por un instante de sombra, por llegar mas rápido, en definitiva, por todo. Cambiamos la despensa de la esquina por gigantes laberintos, renunciamos a pasear veredas desparejas, las convertimos, las cambiamos por ballenas de todos colores con ruedas, cargadas de gente desconocida, caras extrañas, de títeres de rutina…….. Un tierno gorrión en el jardín me dedicaba unas melodías todos los días, los chispazos del sol atravesaban los postigos como cintas de oro, y sobre la mesa, un montón de opciones para comenzar de nuevo. Hoy no despierto con más que sirenas de noticias asesinas, de macabras peleas y desastres que siempre creí abstractos para mi. De frenar a saludar, de preguntar idioteces para no caminar solo ya casi me olvide, triste e involuntariamente me estoy sumando a la manada de animales que veía desde el balcón, aquello que pensé que nunca iba a ocurrir………., estaba sucediendo. Pase de discar seis números, a memorizar una infinidad de dígitos solo para escuchar la voz de algún amigo. Pase de no tener reloj a ser consumido por el tiempo. Renuncie a caminar silbando mi canción, feliz y despreocupado. Renuncie!!!!, renuncie a eso!!!!, lo convertí en una odisea de ojos bien abiertos, de manos nerviosas y apretadas esperando que nada ocurra. Cambie la reserva ecológica por la mas salvaje de las junglas. Si bien ahora no soy mas que una visita en tus calles, cada lugar que miro es una historia, cada rincón un momento, cada rostro una mirada. Se que voy a volver algún día, lo se, y espero que me encuentres un poco mas sabio, quizá solo distinto; pero quiero que veas que en la planta de mis pies sigo teniendo tus lugares, que en mis ojos todavía están tus amaneceres, y que en el pelo aun me queda de tu perfume. Espero que no me hayas olvidado, y que entiendas que solo estando lejos aprendí a extrañar.
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