miércoles, 27 de junio de 2012

Y un día, los limites



El 6 de mayo del año 2025  los días dejaron de tener sus conocidos nombres. Los números se invertían, ya disueltos, en los pocos mares. Los meses se habían unido y no se distinguían porque tenían las mismas temperaturas; los años, atónitos, se habían escapado hacia algún lugar en donde pudieran ser años.
Ese 6 de mayo, la tierra había recobrado la humilde primera formación llamada “pangea”.Los istmos, los mares se extinguían; las montañas, entre estridentes golpes, estupefactas y enanas quedaban; los puentes, los rascacielos y las voces  volvían a ser pangea. Todo, pero absolutamente todo, se unía para  darle al planeta leve homogeneidad, para evidenciar los errores que la humanidad, no habiendo pensado y escuchado a cada proponente bueno para conservar la especie,  había devastado.
El único instrumento vivo, perceptible , que se veía después de los ojos; era el fuerte sindicato del límite, liderado por el más grande de todos los limites: El miedo. Conocido este, porque en su mutual les descontaba en forma de pánico a sus empleados.
El universo sin galaxias también había quedado.
 Es que los límites que excedían a nuestro sistema solar, se manifestaban  junto a un pupilo apostolado que, en sus adentros ,sabia que era gay, pero que su familia lo limitaba y lo inducía a aquel viejo y conocido dogma civilizador llamado, heterosexualidad.Las horas eran viejas, por que la libertad cobraba tangibilidad. 
Varios límites se agrupaban bajo el sindicato del límite.Estaban: Los limites geográficos y, junto a ellos, los limites que abundan en las cabezas de los gendarmes.  También ruborizado, pero con ganas de sublevarse , se presento el límite que delimitaba en el subte , a través de una línea amarilla, que si el ser humano pasaba esa línea moriría arrollado por el tren conducido por otro ser humano.
El que hablo sin escrúpulos, fue el límite que promulgaba que toda institución debe ser respetada, hablo mucho, por que ese límite verborragico , al haber trabajado para infaustas causas, había conocido la real locura.Ya los límites, sublevados, irritados de limitar y de ser voces de todos, se hacían oír por sentirse limitados.
El jefe supremo, el miedo, trataba de apaciguar a los súbditos bajo litros de tranquilizantes, pero estos, existían obsoletos, por el contundente cierre de instituciones hospitalarias. La tierra las había constreñido.
Sus vasallos, por su parte, pedían la posibilidad de que todo límite, no debe delimitarse y, por lo tanto, dejar que la abstracción los moldee hacia la infinitud.De esa manera decían ellos. “Era la única posibilidad de pretender al universo con los cinco sentidos, nato e ilimitados”.
El miedo, por el viento había sido derrotado. El sol luminosidad genuina recobraba. Los sonidos eran armónicos. Por que cada sustantivo que acabo de nombrar nacía de la reencarnación de: Los Albertos, los Arturos, las Alejandras, Los Samuel,  pero no de las Normas.
Era tarde , pero gracias a los limites que durante años escucharon y atestiguaron la calidez de aquell@s llamad@s “loc@s” habían dejado de ser limites. Porque ese día, el sol, la luna, a la hora de un viento infinitivo; fueron puros e inmortales.
 El Cosmos fue tangible.
Luego…a las seis de la tarde el fausto rayo dividió, sectorizó y delimitó al planeta. El miedo volvió y, el ser humano, recobro a su feliz y prejuiciosa especie.


El tema que sigue, sugerencia de Kevin Canala:  



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