Tú hogar esta lleno de relojes, al igual que la mayoría de las casas del mundo. No sabes porque, pero a cada rato miras la hora. Tenès un tiempo determinado para cada cosa. Entre las siete y las nueve te levantas y vas a trabajar hasta las cinco o seis de la tarde, llegas, te bañas, miras TV, comes y te vas a dormir. Así toda la vida, durante cincuenta años más o menos. Llegada la edad en que el sistema te desecha, estas tan acostumbrado a los tiempos que te levantas igual a las siete u ocho a.m. pero esta vez te quedas mirando TV hasta las diez de la noche, hora en que te vas a dormir. Ya acostado te pones a pensar en tu vida en los momentos felices y te das cuenta que no tenes nada. En setenta y cinco años solo la pasaste bien durante veinte. Y esa enseñanza de trabajo y esfuerzo sin medir consecuencias la transmitiste a toda tu descendencia, descubrís el sentido de la vida, pero cuando vas a comunicarlo te miras las manos y te das cuenta que sos un viejo estupido. Este régimen ya no te exige nada. Todo lo que recordas, es fue y será una ficción. Nada de lo que hiciste te interesó. Igual, seguís esperando. Te decidís a llamar por teléfono para comunicar tu descubrimiento, toda tu miserable vida pasa por tu cerebro y en ese momento se termino. Te quedan dos minutos de vida, miras el reloj y lo ultimo que haces es sacarle la pila a todos, para que sepan la hora de tu muerte.
De chico soñaban con que seas medico, abogado, científico o alguien lleno de plata. Pero nadie te aviso, ningún colegio, facultad, jardín de infantes o lo que sea te dijo para que estas acá. Simplemente trabajas o estudias. Y ahora sentado en la cima del destino apunto de tirarte, pensando que dice este loco, leyendo en vos alta, esperas que exprese algo más, no entendes que te causa, decís que malo o que bueno, pero al rato seguís ahí. En cincuenta años, todos nos vamos a olvidar de todas las cosas, de todos los tipos y tipas que pasaron por nuestra incoherente vida y vos esperando a que el tiempo pase quien sabe para que o porque.
Este relato fue extraído de una gnosis vacía, consumida, apurada, casi perturbada pero inagotable combativa de la forzosa existencia del corriente ser en la nada absoluta, en la frontera entre el llanto y la risa. Con los puños cerrados, la mandíbula apretada hasta partir los dientes y con una melodía desgarrante de fondo.
Autor: Nahuel Enrique Molinari
"La vida es todo aquello que sucede mientras de empeñas en vivir", decia Lennon, pero yo estoy mas cerca de creer que la vida es todo aquello que sucede mientras me empeño en morir.
ResponderEliminarFormas de ver la vida. Gran relato el de Nahuel.
ResponderEliminarGracias Kevin