viernes, 4 de febrero de 2011

CUANDO EL TIGRE QUIERE UN COLCHON

Por el bastión Déla critica. Un tipo fino, delineado. Un tipo… bastante idiota.

“El tigre corrió despavorido sobre la sábana. El cazador lo observo con pupilas inyectadas de pavor,extendió los brazos por detrás de su cabeza. El tigre lo vio, estaba cerca. El cazador, al ver que el radio del lugar en donde se encontraba era pequeño y no podía esconderse bajo ningún arbusto, tomo un acolchado color naranja que tenia sobre el, se tapo con este. Sobrevolando el mismo radio de la sábana se vio un cóndor, decrepito este, pero podía volar. Su fuerte grito y sus garras abiertas a vuelo rasante parecían pedir una presa. El tigre detuvo su andar al escuchar aquel grito, no quiso sucumbir ante la voracidad del ave. El tigre advirtió al cazador, lo tenía más cerca, estaban en el mismo radio. El cazador, queriendo tomar su escopeta, con un semblante difuso y blanco, ojeo al tigre. El tigre en un estado similar se lanzo sobre el cazador. El sonido de una bala disparada por el forcejeo, impacto contra el aire. El tigre compartió el calor del acolchado color naranja, acostado, junto al cazador. El cóndor volvió a trinar. El cazador y el tigre reposaron timoratos sobre las sábanas, ante el inminente desenlace fatal. El cóndor no cumplió su designio. El cazador y el tigre continuaron en el mismo lugar. Se conocieron. Al tiempo el cazador salio de ese radio junto al tigre. Presento el tigre ante el resto de la gente. Hoy la gente encerró al cazador”

Lo extraño y raro que se presenta en esta historia, que acabamos de leer, es que en ella se ha cambiado la entonación, se ha cambiado la tónica en la silaba de una palabra que se compone precisamente de las mismas letras. Este cambio hace del argumento algo excéntrico y perverso. Habría sido más verosímil si esta historia hubiese comenzado situándonos en la sabana africana, donde el tigre mata al cazador para servirlo al cóndor o que el cazador, tomando su escopeta, dispare hacia el pecho del ave y luego hacia el tigre. Que tuviera un cierre más convencional, un cierre que nos represente, que nos delinee o nos de linea. En fin, como para cerrar…Digamos que la presentación del acolchado naranja ha sido y será por siempre, el lapsus que se presenta en el intro-dirigido mundo, con intentos de polifonía dialogica para un argumento que lo único que intenta propagar es una apología a la zoofilia. Menos mal que el cazador fue encerrado.

¡Upa! Y Como siempre les digo, después de mi análisis… Me voy, creo que he visto, en el análisis aquí presentado, un lindo gatito, que ustedes, no vieron

Ricardo “El bastión” Déla critica

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