jueves, 6 de agosto de 2020

Cuerpo y mente: La historia de León

En la pizzeria Guerrín, ubicada sobre la calle Corrientes de la ciudad de Buenos Aires, ví a León. Un bohemio. Mucho tiempo sin saber nada de él. Estaba sentado sobre la barra. Había pedido una fugazetta rellena con fainá. La acompañaba con Moscato. León es un muchacho amigo mío, profesional, sensiblero y calentón; de profesión docente y comunicador. Caminó durante mucho tiempo por estéticas oscuras. Es que, disfrutaba de darse baños sonoros con bandas grunge como Alice in Chains. Una persona que siempre cuestionó la comunicación que se impone. La comunicación que ama. No pudo. Se lo comió.

 -Hola León, ¿Qué hacés por acá?-  Expresé al verlo, luego de acercarme hasta él.

León alguna vez me dijo, hace 8 años atrás, que no volvería a Bs As debido a una enfermedad que le detectaron a sus 27 años cuando estaba por recibirse de Lic en comunicación. “No quiero saber más nada con la velocidad de la ciudad que conquistó culturalmente el resto de nuestro país. Debemos escapar hacia el horizonte, ir en búsqueda de la casa con diez pinos formulada por la banda de rock nacional Manal”.

 

Durante su estadía-14 años-, en la ciudad más cosmopolita del país, él disfrutaba de la noche, de conocer personajes, de caminar por los costados salvajes y, sin saberlo, de una especie de suicidio largo: el de no ponerse un arma en la cabeza, pero si el que le hace culto al consumo de pastillas, alcohol y tabaco en cantidades industriales.

 

Desde sus 18 años tomaba ansiolíticos y antidepresivos. León, durante su último tiempo en Capital Federal, hacía radio y estaba estudiando la accesibilidad audiovisual para personas ciegas. Su tarea era la siguiente: sin tocar la película original, colocaba un canal de audio en el programa editor y esto generaba que las personas no videntes pudieran comprender, a través de un guión sonoro que resaltaba todo significante visual, la trama e historia inscripta en el celuloide.

 

León fuerte, sensible, absorbe injusticias. Ponía todo en este marco. Dormía tres horas. 2 años durmiendo tres horas. Sólo, en su departamento de caballito, decorado por remeras de Led Zeppelin, Alice in Chains y frases de Rodolfo Walsh.

 

En su biblioteca, Kerouack, Nietzsche, Pizarnik, Soriano, Ginsberg, Artaud y demás autores cuestionadores de las normas.

 

León con miedo, siempre. León con muros fabricados por las oraciones de Waters en el disco The Wall. Obsesivo. Flaco, alto, de barba y pelo largo, nunca quiso competir en el ingreso a medios masivos. León, de mirada profunda.

 

De chico, León siempre temió a la muerte súbita. Cuando él tenía unos 11 años se enteró de que un amigo deportista, -al cual admiraba cuando se posaba sobre los trampolines del Club Sportivo para realizar saltos ornamentales, había muerto en Cariló. Se durmió para siempre el amigo de León, durante unas vacaciones.

El corazón de León lo sintió. Enérgico y sanguineo. La realidad le invadía e invade el cuerpo. Un 30 de diciembre, justo cuando estaba terminando de editar la segunda película para ciegos, León colapsó. Esa mañana se despertó en busca de aire, me relató. Al día siguiente viajó con la que en ese momento era su novia, a su pueblo. A la noche, luego del festejo de año nuevo, fueron a una fiesta. León estaba sin fuerzas, pero encendido. Debía seguir. Caló hondo el humo de un cigarrillo armado, bebió un vaso de litro de fernet y entró a la fiesta. El dínamo plateado de León estaba entre música electrónica y mucha gente a su alrededor. León no se sintió bien. Tomó a su novia del brazo y la llevó debajo de un árbol, muy lejos de la estridencia. Y ahí, sin aviso, cayó duro contra el suelo. Según las personas que lo vieron, comentan que estuvo un minuto en el suelo. Lo daban por muerto. De repente, se levantó. ---"Pálido su rostro", comentó su hermano. León subió al auto de su ex novia rumbo al hospital. Allí, ante el médico de guardia, un electro y toma de presión. León fue enviado a su casa con el mensaje “estás bien, fue hiperventilación”. A las dos semanas de este episodio salió sin dormir desde 9 de julio hasta Córdoba, junto a la que era su novia. Solo pararon en Venado Tuerto para que él bebiera un energizante que le permitiese llegar a los ríos de Intiyaco al mediodía. León ama la natación, el verde, los pájaros, el fuego. Dice que cuando nada, nada para nadar dentro de él. Considera a esta disciplina como meditación en movimiento. 

En Córdoba León nadó, se lanzó desde las piedras, corrió por los cerros, prendió fuegos, hizo asados, juntó frambuesas y entabló- según él- un diálogo con las estrellas, porque ama respirar el cielo limpio.

Esas vacaciones terminaron y pisó la ciudad de la furia nuevamente. El calor y el tedio. El individualismo, según León, a grandes niveles. 

Su corazón algo le decía. Por la noche, cuando se iba a dormir, León relata que el motor sanguineo quería escapar de su cuerpo. León fumaba más y ya estaba sumido en una fuerte depresión que se había intensificado. Según profesionales, padece de chico un TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo).

Su psiquiatra le había prescripto tricíclicos (antidepresivos). Estuvo 8 meses así, con estudios de su corazón que le daban bien. Pero él sabía que no estaba bien. Un Holter colocado por una cardióloga de su pueblo indicó una taquicardia ventricular en el corazón de León. Es la fase previa a la fibrilación ventricular; una amiga del paro cardíaco. La cardióloga, para asegurarse, envió a mi amigo con médicos de un prestigioso instituto cardiológico de Bs As. Allí volvieron a realizarle estudios de alta complejidad. Su corazón estaba totalmente sano y los electrofisiólogos querían saber el por qué de esas arritmias potencialmente mortales. Un estudio electrofisiológico invasivo, con catéteres que viajaron desde la vena femoral hasta el ventrículo de León, indicó que mi amigo debía llevar de por vida el aparato, porque, en caso de una arritmia maligna, este, a través de una descarga, salvaría su vida.

La angustia y el nuevo mundo de León. Una sociedad que le decía cuidate, dejá de fumar. Mi amigo ya estaba con su enfermero interno. Al mes y medio, León viajó a Brasil. Nadó mucho, se tiró desde una cascada de 23 metros de altura al agua: “Sos loco”, le decían las personas que lo acompañaron. 

León no quiere entregarse. Hoy se cuida. Estuvo mucho tiempo deprimido hasta darse cuenta de que podía realizar vida normal. La hace. Hoy no tiene más arritmias, nada tres kilómetros diarios; sigue sensibilizandose ante las injusticias, pero lo toma de otra manera: ya no se queda, sino que acciona. Cuando se enoja, sale a caminar y el ritmo armónico vuelve a su cuerpo. La cabeza comanda todo. Al menos, la de mi amigo León, quien se animó a volver esta noche a la ciudad, que, según él, lo enfermó. Hoy, en un pueblo ubicado en el centro de la provincia de Bs As, pasa sus días. Con León nos unen las charlas. Algún día trabajaremos juntos. León sabe que va a morir, como todo ser humano, por eso no volverá a suicidarse de manera atenuada.  Por eso, hace cosas.

Poema de León:

Es lento, es lento
, tres atados de puchos a diario
,el cuerpo de Belushi y las sentencias de Thompson
La idea capital invita a comernos

Es lento, es lento
,un canuto en la nariz y 4 litros de whisky durante todas las noches
, rivo, risperidona y el paradigma científico que no cura el alma

 

 

Es lento, es lento

Carne asada que se atranca en el esófago ,las migas habitan la soledad de una idea de “mesa”

Es lento, es lento , la puteada al tipo que se cruza delante de nuestra tarea
, y el barrote, golpea la cabeza
, junto al impulso de “acción natural”

Es lento, es lento

7 litros de café para despertar
La presión
La úlcera
Vomitar la costumbre y volver a engullirla
Disfrutarla
, tan solo es el goce y ser siempre deseando

Es lento, es lento

Correr al banco
, bufar en la cola con boleta en mano
, pelear con el cajero “no tiene ni idea, ni monedas”

Es lento, es lento , ocuparse para comprar lo superfluo
, sentarse sobre grasas en papa y aplaudir al empleado del mes
, indicarle al niño que "ese es el mundo"

Es lento, es lento ,tener la culpa como amiga ante el inicio del rosario
, abrazar los absolutos
, no fragmentarse
, cercarse en la razón
, no mirar al perro


Es lento, es lento , la tele
, las redes
, un fake se casa en el registro civil
, se sienta en el diván de las masas

Es lento, es lento , el título
, los números en serie
,las personas en serie
Nosotros
,el montaje
,ahí va, como falsa babosa que repta

Es lento, es lento , quemarse a lo bonzo
, dispararse en la sien
, colgarse a lo Curtis
Pequeñas goteras de la narrativa para la angustia
Es lento, es lento

El cuerpo

El cuerpo lo siente

 


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arbolengo