Nadantes seres,
porque deseantes del agua somos,
como el pájaro y sus garras
en busca de la ofrenda pez que se entrega
o no
mientras su alado
y salado perpetuo vuelo vive
y
perece luego
sobre la última rompiente,
como no se qué pasó ante la mirada de quien lo vio
muere
pero ya es
es ya
espuma
y agua
y aguas
y vuela ahora sobre las sierras y el lago
y lleva el mar en su pico
su hijo, puede ser
duda
y ese cachito de mar
lo deja en el lago
"Tandil les dará estímulos", dice el kayakista que toma el registro del ave/ las aves
"naden
, vuelen debajo del agua"
y rema
y rema
y rema
hasta la piedra.
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arbolengo