Bola de nieve. Un meme, un virus. Algo que se amplía más
allá de nuestras redes para los encuentros civiles.
Nados continuos, comunidad, horizontalidad, camaradería y
solidaridad. Apoyás el brazo para levantar la cabeza cuando mirás, a través de
tus antiparras, la dirección a llevar en el agua. Y te sostenés, te apoyás, en
esa otra persona que se prolifera en una inmensa comunidad que no tiene
límites. Siempre sucede, claro, antes, durante y después de nuestras
inmersiones en aguas frías o gélidas. Porque nadantes somos, porque nadamos.
La bola de nieve se derrite y se trasmuta en futuras aguas
para nosotros. Líquido vivo que nos impulsa a vivir, a sonreír, a contarnos.
Aprendemos de nosotros, ¿si?
Bola de nieve. Ya no es un meme, es líquido madre. Nuestro
sentido construido, compartido.
A veces, quienes refieren a vidas pasadas, manifiestan que
esas hermandades vuelven a encontrarse. ¿Somos familia? ¿Somos hermanos
tallados en lagos vía arquetipos de antaño?
Otro lado informativo en referencia a los memes: Según la
memética, los memes son elementos de información cultural que se transmite de
mente a mente con variaciones y selecciones, principalmente por imitación y con
tres características: fidelidad, fecundidad y longevidad. De esta manera, al
incluirse estas características en el proceso imitativo se determina su éxito;
es decir, que el meme sea copiado de forma precisa, que se hagan muchas copias
de él y que duren por mucho tiempo.
Pero, no somos memes. No hay copia de cada momento nuestro
en el agua. Más allá del registro fotográfico.
La NAF es un Meme. Es un conjunto de historias que se juntan
y se replican por si misma en cada encuentro nuestro. Una Entidad que flotaba
en otra dimensión y que, como un virus, nos invade y se replica en cada uno de
nosotros.
Nuestras redes simbólicas e infinitas: el amor por el agua.
Solos nosotros podemos decodificarlas. Nademos, nadantes.
Nademos.
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arbolengo