sábado, 25 de abril de 2009

HISTORIAS UNIVERSALES OLAF STAPLEDON

La historia comienza cuando un hombre se encuentra en una colina, allá por 1937, preocupado por su especie y a la vez maravillado por la inmensidad del Universo. Posiblemente convencido de que existe un creador de semejante esplendor, y en contra de su voluntad, comienza a realizar una especie de viaje astral, en busca del Hacedor de Estrellas . En un principio, la búsqueda se centra en encontrar vida inteligente en otros planetas. Estrella tras estrella, el viajero cada vez piensa que no hay vida en otros rincones del espacio exterior, ya que ha visitado cientos de soles y no ha encontrado huella alguna de vida. De pronto, el descenso a un pequeño planeta y el encuentro con una especie de granjero, le devuelven el ánimo. Parece un granjero humano, aunque al observarlo bien, es un ser muy distinto a los seres humanos. Pronto, entra en contacto con un intelectual de esa especie, y va conociendo tanto las costumbres, así como el destino de esos seres. Los conflictos sociales, muy similares a los problemas humanos de finales de los 30’s, no se hacen esperar. Se da una especie de fascismo en este planeta, y pronto esta raza cumplirá su cruel destino.
El viaje continúa por muchas épocas, desde el principio hasta el final del Universo, alcanzando estadios de conciencia cada vez mayores y consiguiendo compañeros de viaje extraterrestres que también realizan esa especie de viaje astral de conocimiento y entendimiento.
Así se nos va describiendo toda una infinidad de variedades de especies de muchos planetas distintos. Conocemos a la especie que posiblemente es la más avanzada tecnológicamente hablando: una especie de cangrejos que viven en simbiosis con unos extraños peces. Presenciamos los primeros imperios galácticos, las primeras guerras intergalácticas, así como el rescate de las civilizaciones que consiguen los seres simbióticos ya mencionados. La ciencia y la tecnología es tan avanzada en estos seres, que según el autor, es casi incomprensible para los seres humanos. Se fabrican sistemas solares artificiales. Se realiza un descubrimiento único: las estrellas son seres vivos que destruyen varios sistemas planetarios. Después de muchos intentos, la comunicación con estos seres permite establecer el orden.
Mientras, se nos confiesa que los humanos somos una especie menor. Después de alcanzar Neptuno, el último planeta del sistema solar (según los conocimientos que se tenían en la época en que se escribió la novela), una guerra interplanetaria con los marcianos extinguiría definitivamente a la especie humana.
Cuando nos acercamos al final, el viajero llega a un estadio de conciencia tal que consigue hacer contacto con el creador del Universo. Asimismo, nos enteramos que este creador ha hecho universos anteriores al nuestro, mucho más precarios, y que posiblemente, creará universos posteriores tal vez más perfectos que éste. Realmente una escena conmovedora que marca el final del recorrido. Nuestro viajero, extrañando su pequeño mundo así como a una mujer, regresa a la Tierra.
Y para finalizar la narración, Stapledon, sospechando con certeza que una nueva conflagración mundial se acercaba por aquellos años, plasma en su novela esa preocupación y ese miedo frente a un Nazismo y un Fascismo en ascendencia.
Una novela intensa, filosófica, mística, muy imaginativa, que nos da una pista de lo que posiblemente pudiera contener la grandeza del Universo.
Jorge Luis Borges en su Antología de la literatura fantástica escogió el párrafo de HACEDOR DE ESTRELLAS , que dice:
En un cosmos inconcebiblemente complejo, cada vez que una criatura se enfrentaba con diversas alternativas, no elegía una sino todas, creando de este modo muchas historias universales del cosmos. Ya que en ese mundo había muchas criaturas y que cada una de ellas estaba continuamente ante muchas alternativas, las combinaciones de esos procesos eran innumerables y a cada instante ese universo de ramificaba en otros universos, y éstos, en otros a su vez.

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