miércoles, 19 de agosto de 2009

EN FORMA DE ALJIBE

La ventana jugaba impúdica con la misión de ofrecer la vista externa. Entre cada recoveco se podía ver una especie de neblina acariciando el césped. Nadie tenía ganas de lidiar con ese clima, todos, hablando la lengua del lugar-una sola lengua- y entre sonidos de férreas campanas, esperaban ansiosos en sus casas, la inminente fuerza solar.
Un intento de alba era lo que en ese lugar provocaría, me imaginaba yo, una alternativa en nuestras vidas, cansados estábamos de esas campanas. El sol no había tenido el ánimo de salir por ubicuidad de dogmas que lo hacían inútil. La omnipresencia de esos dogmas difuminaba en el más oscuro glasé toda invasión luminosa.
Había que salir temprano, para volver temprano y no toparse con la oscuridad, varias personas vivían funcionales a esa catacumba, estaban carente de sueños, despojados de esperanzas, no se trataba, solamente, de discurrir por recintos carentes de brillo, también se vivía a gusto por no pensar ¿Y la luz? Yo era uno de esos, un intransigente elevado, insatisfecho con la divinidad imperante, la idea de la oscuridad era sinónimo de costumbrismo y ortodoxia ociosa.
Recuerdo haberme dormido lleno de buenos augurios, un destello precedió a mi sueño me levante en ese sueño, en busca de agua, fui hasta la cocina para llenar mi vaso y de pronto, guaaaaaa, litros de sangre pretendían conquistar al salicil vidrio del vaso, lo saque y no me deje engañar, tenia sed. Salí de mi casa y, entre brasas corrí con placer hacia una dirección desconocida, no estaba solo, las sombras de las causas perdidas, de los intentos de algún que otro incomodo me perseguían, el suelo candente imperaba con su sonido, varios arlequines jugaban con la posibilidad de incorporar colores a sus trajes, caballos , corceles cinchados en actitud furibunda salían de los imperios de la corona, yo sentía calma absoluta, la común calma de un sediento en busca de un trago de agua, el rumbo aun era desconocido , miraba al cielo y la oscuridad renacía a cada instante, los ecos ortodoxos del feudo trataban de detenerme, seguía corriendo, yo quería agua. De golpe… me tope con un aljibe , en un dialogo interno me dije “al fin , aquí esta mi elixir, aquí esta el agua”, gracias al impulso de un irracional sediento, tome la soga que sostenía el balde, con mi mano derecha trate de jalar la soga, pero el peso del balde hacia imposible mi movimiento, no aguantaba la sed, era tanta que decidí quitarme la ropa y tirarme cual si fuera clavadista desde un peñasco dentro del aljibe, solamente quería agua, si agua.
En mí recorrido dentro de ese aljibe recuerdo haber visto el lugar más oscuro, mas raro, descendí a gran velocidad, caí, rebote y en el aire el fulgor de las ideas me sostuvieron para caminar abierto, respire, no había brasas. Era otra cosa, me había encontrado con la invitación a un nuevo mundo, todo era claro, no había corceles negros, era un verdadero panorama ilustrado, una cofradía de luces, de disidencias, evidentemente era la panacea ofertada por la magia de un vulgar sueño. Me desperté, fui y abrí mi ventana, la niebla había desaparecido, la lengua vernácula se había transmutado en palabras de varias formas, exhale y elevando mi vista hacia arriba vi que el sol tenia forma de aljibe.

LEONARDO BALDO

2 comentarios:

  1. te adoro por brindarnos este espacio de lectura, a los que no sabemos leer!!! rraazzeenn!!!

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  2. Gracias. Podes realizar más criticás , un abarzo.

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arbolengo