En el reino del pastiche oyó golpear puertas antes
sacudidas
Gritaba alguien, junto al pestillo, y un
acordé sosegaba su afonía
-No es el fin- le
dijo
-Búscate-
Sus panderetas tañen un
espacio
De armonías
escuchadas
El reiteró que seria
el fin
Su Amada y bella
Aquella vieja amiga.
El fin de lo
sorprendente.
De la transmisión
Y de la pulsión
Canto el preludio
Sus pelos volaron
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arbolengo