Y me baje y subí, y vi las escaleras y el tiempo se
tropezaba y la gente pasaba, y yo me detenía ¡Oh! Vieja cofradía en perpetuo
miedo, suenan arlequines del 2015, en cajas, sin bocas, sin risas, con reyes,
en paramos, sentados, lucubrando el agua, sedientos de gloria.
Y sigo subiendo, un
Mc Combo ahí en el purgatorio lucha con
el prestigio, un francés de la
Sorbona defiende el champignon socialista, posmodernista,
después de Chernobyl.
Y viajo en satélites de falcón verdes, a propulsión de
bigotes y admiro, y escupo la sangre falsa, la invitación al deseo… y no puedo sorprenderme.
Y me busco, pero sigo
subiendo y no hay cielo, ni apolíneos, ni Dionisos, ni vino ¡Oh! Se fue mi vaso,
se corrompió la dramaturgia del hombre alegre. Y subo y no hay gases, y la nada
se hace artífice de la nada y el temor le pregunta al miedo por su padre, y el
miedo lo atemoriza, lo azota y lo flagela… y nacen recetas, y recetas y lejanas
utopías. Y el Mc Combo esta en alza, relleno de bigotes sin sazón de razones.
Y sigo subiendo y no paro y me limito, y rompo eslabones de doctrinas
oxidadas, quiero leer, pido una revista y me jacto con mi alter ego, pero no entiendo
el copete. Y me armo en armas y lucho
entre municiones lagrimosas que golpean en mi cien, intangibles, pero golpean y
duelen.
Y sigo subiendo con ofertas de ascensores sin poleas, con
relejadas esperanzas y creo en Rubén Darío
y en sus cisnes blancos… y pinto el sentimiento de Van gogh… y me escapo. Y me
encuentro, y sonrió, y me alejo del odio y
me enamoro “nuevo afecto, nuevo sentimiento de origen fálico” Digo. Lleno de lencerías
con encaje sensual.Y no puedo abrazar. Y me destilo y busco lo puro, y me
empapo en lluvias de gotas tibias, engripando mis ideas, y deliro a 40 grados y me venden la abstracción.
Y sigo subiendo y ensillo a una aguja y me
paseo en las horas siendo inmutable, sin contingencias, sin experiencias, en la
estratosfera de la mentira.
Y sigo subiendo, y me lo encuentro a Hubble muy cerca del
sol, y me quemo, y Hubble, se quema. Y se pagan diezmos y se inventan pecados y
alguien los escribe y los cobra en su caja de ahorro. Y suenan ultratumbas a
mil metros, y peso 21 gramos… y colisiono con mi yo, arrancándome prejuicios y
los tiro, y ellos vuelven y me encojen,
me convencen y me llevan.
Y sigo subiendo,
y auguro quimeras y siento quimeras… y
me despierto. Y mi errante viaje se
transforma en la sórdida odisea de mis deseos.
Excelente..
ResponderEliminarGracias amigo!
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