martes, 24 de abril de 2012

El idiota itinerante


Y me baje y subí, y vi las escaleras y el tiempo se tropezaba y la gente pasaba, y yo me detenía ¡Oh! Vieja cofradía en perpetuo miedo, suenan arlequines del 2015, en cajas, sin bocas, sin risas, con reyes, en paramos, sentados, lucubrando el agua, sedientos de gloria.
 Y sigo subiendo, un Mc Combo  ahí en el purgatorio lucha con el prestigio, un francés de la Sorbona defiende el champignon socialista, posmodernista, después de Chernobyl.
 Y viajo en satélites de falcón verdes, a propulsión de bigotes y admiro, y escupo la sangre falsa, la invitación al deseo… y no puedo sorprenderme.
 Y me busco, pero sigo subiendo y no hay cielo, ni apolíneos, ni Dionisos, ni vino ¡Oh! Se fue mi vaso, se corrompió la dramaturgia del hombre alegre. Y subo y no hay gases, y la nada se hace artífice de la nada y el temor le pregunta al miedo por su padre, y el miedo lo atemoriza, lo azota y lo flagela… y nacen recetas, y recetas y lejanas utopías. Y el Mc Combo esta en alza, relleno de bigotes sin sazón  de razones.
Y sigo subiendo  y no paro  y me limito, y rompo eslabones de doctrinas oxidadas,  quiero leer, pido una revista  y me jacto con mi alter ego, pero no entiendo el copete. Y me armo en armas  y lucho entre municiones lagrimosas que golpean en mi cien, intangibles, pero golpean y duelen.
Y sigo subiendo con ofertas de ascensores sin poleas, con relejadas esperanzas  y creo en Rubén Darío y en sus cisnes blancos… y pinto el sentimiento de Van gogh… y me escapo. Y me encuentro, y  sonrió, y me alejo del odio y me enamoro “nuevo afecto, nuevo sentimiento de origen fálico” Digo. Lleno de lencerías con encaje sensual.Y  no puedo abrazar. Y me destilo y busco lo puro, y me empapo en lluvias de gotas tibias, engripando mis ideas, y deliro a 40 grados  y me venden la abstracción.
Y sigo subiendo y ensillo a una aguja  y  me paseo en las horas siendo inmutable, sin contingencias, sin experiencias, en la estratosfera de la mentira. Y sigo subiendo, y me lo encuentro a Hubble muy cerca del sol, y me quemo, y Hubble, se quema. Y se pagan diezmos y se inventan pecados y alguien los escribe y los cobra en su caja de ahorro. Y suenan ultratumbas a mil metros, y peso 21 gramos… y colisiono con mi yo, arrancándome prejuicios y los  tiro, y ellos vuelven y me encojen, me convencen  y me llevan.
Y sigo subiendo, y auguro quimeras  y siento quimeras… y me despierto.  Y mi errante viaje se transforma en la sórdida odisea de mis deseos.

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arbolengo