Día del amigo, 20 de julio del 2020. El hombre llegaba a la luna el 20 de julio de 1969 (vaya guiño). Amigo en Hungría,
Pedrito Miller
me saluda. Me deja dos canciones de Pito Faez, luego del abrazo virtual protagonista en tiempos de encerrona. Lo saludo, le digo que lo quiero. Se corta la conversa vía aparato que es extensión de nuestros cuerpos como dijo el canadiense McLuhan. Por la noche, mientras el fuego comenzaba a tomar forma frente a la casa de Juanito, otra vez, un mensaje: Wolf o Miller recordándome que el 20 de julio es el cumple del tipo que le cantó a una sociedad sin abrazos, que seguramente prefiguró en tiempos de “libertad” la cuarentena en la que su país vive desde las épocas con estornudos “sanos”.
Cumple de Cris. Cumple del tipo que ayudó a Vedder para que mandara todo su pánico escénico al deshuasadero de los miedos.
Finalizo: De algo estoy seguro, amigo Pedro, Cornellio dio tanto amor que se fue temprano. Igual que los perros, que se van temprano porque entregan su corazón en este mundo que le teme a los abrazos. Cornellio abrazó a Eduardo, a Andrés, a Layne. Igual que usted. Cornellio dejó tanto que necesitaremos, al menos, vivir tres vidas terrenales para interpretar todo eso que algunos decidieron configurar bajo las narrativas del “espectáculo”. Algo que él, claramente, jamás quiso abrazar.
Claro, va esta canción: Huelga de hambre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
arbolengo