Lo único que le agradezco al turco como presidente es haberme acercado al grunge, al punk, a la cumbia villera, al indio, a las poesías realistas y llenas de marginalidad, a Casas, Arlt, Dolina y Nietzsche, a Jauretche, a Norma Pla, a las charlas con amigos del palo (iconoclastas en los 90) que derivaron en puestas en práctica y sueños, y al espectáculo que no es didáctico y que nunca transforma el espíritu político.
Menem hizo que pensara en la posibilidad de no Menem.
Gracias.
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arbolengo