martes, 5 de mayo de 2009

EL PRINCIPIO DE LA VENTANA

¡Discúlpame!! Pero sin saber por que, me sorprendisteis. Nadie sabe el por que de nosotros, acá, en este rígido mantel estampado que el mañero sol se encargo de coser. Ahora ¿Me podes ayudar?
Quizá te suene a grito de cafetín, o algo así.
Lo que pasa es que el poeta, el artista o el bohemio, confundieron la gris aurora con un telón, y ya son parte de un folleto, pero vos no sos parte de una ficción. Tampoco, al observarte, me considero artista; miro a los costados y ni siquiera encuentro director.
Dame la razón. Deja que pueda dormir, sostenerme y fundirme en la templanza, que sin querer propone tu imagen. Imagen que jamás se valió por ser tapa de una revista.
Dejemos que el glamour no nos afecte, podemos crear nuestra propia limusina…condúceme, sostenme; mira a tu alrededor, no hay nadie mas; solo este valiente, descarado, con mas sinónimos, osado.
Déjame jugar de obsecuente, total los roles cambiaran.
Mientras tanto, dejemos que el paraguas nos moje, que el frió nos envuelva con su calor.
Hazme caso, dale…total las cortinas del gran negocio cerraran.
Giremos, nada mas giremos…con la lucidez que la felicidad, estampa en el aire.

LEONARDO BALDO

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